Tomelloso cierra sus ferias y fiestas con un sabor agridulce según el PSOE de Tomelloso. Lo que en principio debía ser una celebración para impulsar la economía local y atraer visitantes, ha terminado convirtiéndose según la formación en una de las ediciones «más polémicas y peor organizadas de los últimos años».
El exconcejal de Festejos, Raul Zatón, ha tomado la palabra y ha querido comenzar agradeciendo “al pueblo de Tomelloso, a las asociaciones y a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado” por su implicación en que la feria pudiera llevarse a cabo. También ha tenido palabras para los medios de comunicación “que habéis estado al pie del cañón haciendo que esta feria sea más accesible a todo el mundo”.
Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, “para nuestro entendimiento y el de mucha gente de Tomelloso, esta ha sido la peor feria de los últimos años”, afirmó, señalando la “improvisación” y la falta de coordinación en la organización.
Actos principales fuera de la feria y poca afluencia
Uno de los principales reproches ha sido que “la mayor parte de los actos institucionales o grandes se han celebrado fuera de feria”. Entre ellos, los conciertos más destacados, el Mercado Tradicional o incluso la corrida de toros. “Esto ha hecho que mucha gente de Tomelloso y de fuera no acudiera durante la semana grande, afectando también a la promoción económica que debería haber quedado en la ciudad”, lamenta.
Los datos de asistencia han dado más argumentos a los críticos. Algunos conciertos, con un coste total de “300.000 euros del presupuesto municipal”, apenas han reunido a unas 5.000 personas en total. “Gastarse 300.000 euros para que solo 5.000 personas puedan disfrutar de ellos es una auténtica vergüenza”, ha denunciado el PSOE, recordando además que algunos de estos espectáculos ya se habían realizado “gratis en 2023” y ahora “se ha querido cobrar por ellos”.
Una feria “privatizada” y con precios más altos
Otro de los puntos más polémicos ha sido la “privatización” de la organización, algo que según denuncian “nunca había pasado en Tomelloso”. Aseguran que esto ha provocado que los feriantes tuvieran que pagar más por instalarse, encareciendo también los precios para el público.
La seguridad también ha estado en el punto de mira. “Por primera vez no se ha contratado al ingeniero que revisaba todas las atracciones”, critican, recordando que incluso “hubo atracciones que desaparecieron del recinto tras el primer día sin que nadie diera explicaciones”.
Improvisación en eventos clave
Los vecinos recuerdan varios ejemplos que, según ellos, demuestran la falta de previsión. Entre ellos, el concierto de Los Morochos, donde “se vendieron solo 25 entradas y tuvieron que dejarlo gratis el mismo día”, o la “catastrófica Fiesta del Vino” del 26 de agosto, con un aforo desbordado y que “todo el mundo está hablando mal de ella” pese a que desde el equipo de gobierno “han querido venderla como un éxito”.
También criticaron que en el Parque de la Constitución “hubo que desalojar a cientos de personas para volver a meterlas diez minutos después, cuando el aforo debía haberse controlado desde el principio”.
Llamada de atención al equipo de gobierno
Las críticas han llegado incluso a pedir responsabilidades políticas. “El alcalde debería dar un tirón de orejas a la concejala de Promoción Económica y Turismo, Rocío Valentín, por cómo se trató al vino de nuestra ciudad”, señalaron. Además, pidieron que “el concejal de Festejos o incluso el propio alcalde presenten su dimisión, o al menos se le retiren las competencias que tiene desde 2023, porque hemos visto que no sabe gestionar una feria ni el área de festejos”.
En definitiva, para muchos vecinos y representantes locales, esta edición pasará a la historia “como una de las peores ferias de los últimos años” y confían en que, para futuras ediciones, “se escuche a la ciudadanía y se devuelva a la feria el brillo y la organización que merece Tomelloso”, concluye Zatón
