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Seguridad Social en Castilla-La Mancha: qué hacer ante una denegación de pensión

Castilla-La Mancha es una tierra con una identidad laboral muy marcada: agricultura, trabajo en el campo, pequeñas explotaciones familiares, autónomos, empleo físico en hostelería y construcción, y un tejido social que combina tradición rural y nuevas formas de empleo. En este contexto, la Seguridad Social ocupa un papel central en la vida de miles de familias. De su correcta actuación dependen pensiones, incapacidades, bajas laborales, viudedades y prestaciones que garantizan estabilidad cuando la salud o el empleo fallan.

Sin embargo, muchas personas en la región se encuentran con un problema habitual: las resoluciones de la Seguridad Social no siempre reflejan la realidad de su situación médica, económica o profesional. Incapacidades denegadas, pensiones mal calculadas o revisiones que reducen ingresos son situaciones más comunes de lo que parece. En estos casos, contar con los abogados expertos en Seguridad Social de Toro abogados puede marcar la diferencia, porque permiten revisar a fondo el expediente y plantear una reclamación técnica cuando la Administración no ha valorado adecuadamente la evidencia aportada.

Una realidad laboral que condiciona la salud y el acceso a prestaciones

En las provincias de Ciudad Real, Toledo, Guadalajara, Cuenca y Albacete, buena parte del empleo sigue siendo de naturaleza física: agricultura, industria agroalimentaria, construcción o trabajo en cadenas de producción. Estos sectores generan patologías musculoesqueléticas, lesiones por sobreesfuerzo, enfermedades degenerativas y secuelas crónicas que influyen directamente en la capacidad de trabajar.

A ello se suma un envejecimiento progresivo de la población y una mayor prevalencia de enfermedades crónicas. Muchas personas llegan a los 55 o 60 años con un historial de trabajos físicamente exigentes y con dolencias acumuladas durante años. En estos casos, la incapacidad permanente —total o absoluta— o una jubilación anticipada pueden convertirse en una necesidad, no en una elección.

La teoría parece sencilla: acreditar el deterioro de la salud, aportar informes médicos y esperar una valoración justa. Pero en la práctica, la Seguridad Social aplica criterios estrictos, y numerosas resoluciones no se ajustan al verdadero nivel de limitación del trabajador. Ahí es donde la intervención jurídica cobra relevancia.

Cuando la resolución no refleja la realidad: qué puede hacer el trabajador

Recibir una denegación del INSS o una pensión inferior a la esperada no significa que el ciudadano tenga que resignarse. El sistema prevé mecanismos para corregir errores, pero muchos trabajadores los desconocen o no saben cómo utilizarlos. En Castilla-La Mancha esto es especialmente importante, porque muchas zonas carecen de asesoramiento jurídico especializado cerca del domicilio del afectado, lo que lleva a que algunas personas renuncien a reclamar simplemente por desconocimiento.

El procedimiento para revisar una resolución pasa por varias fases. Lo primero es analizar la resolución del INSS: qué motivos alega, qué informes ha valorado y si existe incongruencia entre lo que dicen los médicos y lo que reconoce la Administración. Después, se presenta una reclamación previa administrativa dentro del plazo legal, y si esta también es desestimada, se acude al Juzgado de lo Social.

Aquí es donde más se nota la diferencia entre reclamar con asistencia especializada o sin ella. La clave no es “contar lo que te pasa” sino demostrarlo técnicamente: informes médicos actualizados, pruebas diagnósticas recientes, evolución clínica, descripción detallada del puesto de trabajo y, en incapacidades, una valoración clara del impacto funcional en la profesión habitual.

Un problema habitual en la región: profesiones duras con resoluciones demasiado optimistas

Muchos trabajadores de Castilla-La Mancha han realizado durante su vida actividades físicamente exigentes: podadores, temporeros, personal de almacén, operarios de bodega, peones agrícolas, repartidores, personal de limpieza, camareros o conductores. Profesiones donde levantar peso, trabajar agachado o cargar mercancía forma parte del día a día durante décadas.

Para una parte de la población, llegar a cierta edad con artrosis avanzada, hernias discales, lesión de hombro, limitación para caminar o enfermedades respiratorias no es excepcional, sino frecuente. La Seguridad Social, sin embargo, no siempre contextualiza correctamente estas limitaciones en relación con el tipo de trabajo realizado. A veces presupone una capacidad funcional mucho mayor que la real, o interpreta que el trabajador puede desempeñar un puesto “ligero” que en la práctica no existe en su entorno laboral.

Por eso es tan importante que las reclamaciones incluyan no solo informes médicos, sino una descripción rigurosa del puesto y de las exigencias reales de la actividad. La jurisprudencia es clara: la incapacidad se valora sobre la profesión habitual, no sobre trabajos hipotéticos que el ciudadano no realiza.

Revisiones, bajas y pensiones insuficientes: otros conflictos habituales

Además de las denegaciones iniciales, existen otros problemas frecuentes en Castilla-La Mancha:

  • Revisiones de incapacidad que rebajan el grado pese a que la salud no ha mejorado.
  • Cálculos incorrectos de base reguladora en jubilaciones anticipadas o en carreras laborales con lagunas de cotización.
  • Denegaciones de viudedad por interpretación estricta de requisitos de convivencia o cotización.
  • Problemas con bajas médicas prolongadas en enfermedades crónicas o degenerativas.

Estos conflictos pueden parecer complejos, pero suelen tener solución cuando se analizan con detalle y se plantean adecuadamente ante la Seguridad Social o, en su caso, ante los tribunales.

Dignidad, derechos y acompañamiento profesional

Reclamar no es un acto de confrontación, sino una forma de defender derechos básicos. Detrás de cada expediente hay una historia personal: alguien que ha trabajado durante años, que ha contribuido al sistema y que necesita una protección adecuada cuando la salud o las circunstancias cambian.

El acceso a la Seguridad Social es un pilar fundamental del Estado del Bienestar, pero como todo sistema grande, puede cometer errores. Lo importante es que los ciudadanos sepan que tienen derecho a revisarlos, que existen procedimientos claros y que no están solos en ese camino.

Castilla-La Mancha tiene una tradición de esfuerzo, comunidad y trabajo duro. Asegurar que cada persona recibe la protección que le corresponde es, en definitiva, una cuestión de justicia. Aquí es donde la intervención de profesionales especializados puede marcar una diferencia real en la vida de quienes se enfrentan a una incapacidad, una pensión insuficiente o una resolución injusta.

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