La densidad de cuevas por la superficie del casco urbano proporcionan cifras que son importantes y marcan la decisiva trascendencia que tuvieron las cuevas en la economía de la población en el período de 1812 hasta prácticamente 1963, ciento cincuenta años de la vida agraria familiar económica de Tomelloso.

Sin embargo, existen calles donde la densidad por metro lineal es mayor, llegando a 11 cuevas por cada metro de acera, bien es cierto que hay que tener en cuenta que contamos en este caso con que estamos hablando de cuevas a ambos lados de la calle, por lo que en muchos casos la cifra aún disminuye más, también teniendo en cuenta que la gran mayoría de las casas donde se elaboraba vino tenía entre los ocho y diez metros de fachada, dato que nos coincide con el largo de la gran mayoría de las cuevas.
Estos datos están realizados no por la longitud total de la calle sino por la distancia desde el comienzo de la calle hasta la última cueva encontrada, que coincide de forma general con el inicio de la expansión de la longitud de las calles a lo largo del tiempo por el crecimiento poblacional de Tomelloso y su evolución en el número de habitantes, teniendo en cuenta que se dejaron de excavar cuevas hacia 1968, que hemos considerado como fecha importante por la ya inicio de la Cooperativa Virgen de las Viñas que, aunque creada en 1961, comenzó su actividad dos años más tarde.

Así, según nuestras estadísticas, podemos indicar que de las 616 cuevas visitadas hasta la fecha, que suponen casi un treinta por ciento de las que posiblemente existieron en Tomelloso, las calles donde más cuevas hemos encontrado han sido en la calle Dulcinea con 28 cuevas; seguida de Doña Crisanta y calle Nueva con 22 cuevas; calle Cervantes con 19, Francisco García Pavón con 18 y San Marcos y Manterola con 15, que ya suponen la cuarta parte de las visitadas. Lógicamente son cifras estadísticas que nos aportan una referencia, pero que no tienen por qué ser exactas toda vez que precisamente estas calles son las que mayor proceso de urbanización han tenido por la construcción de nuevos edificios que han sustituido las cuevas por garajes o simplemente desaparecidas, teniendo que exceptuar el caso de la calle Dulcinea, escasamente urbanizada.














