Después del recorrido llevado a cabo durante 21 años visitando cuevas en Tomelloso, no podemos dejar aparte algunas peculiaridades culturales y artísticas que hemos podido encontrar en algún grupo de cuevas.
La característica cueva que representa a Tomelloso vitícola es la natural y tradicional, donde únicamente se encuentran los detalles necesarios e imprescindibles para el manejo de la uva, del mosto y del vino con una estructura típica de cueva de elaboración sin mayor número de atributos y con pocos artificios o decoraciones innecesarias y donde el embellecimiento de los contenidos no eran una necesidad, ni una forma de mejorar la presencia de otros adornos, pues, como es lógico pensar, lo importante era siempre la del funcionamiento eficaz de la elaboración del vino y nunca se realizaron como lugares de exposición ni de visita turística, porque era un medio de vida y de esfuerzo necesario sin grandes mejoras de adecuación o de embellecimiento de las construcciones existentes, ni mucho menos del adorno de las propias tinajas que eran intocables.

Pues sí, por el contrario, hemos podido encontrar cuevas que son verdaderas obras de arte con adornos y detalles de gran gusto y belleza, que, si bien no han sido muchas las cuevas encontradas con estos detalles, sí son dignas de contemplar sus adornos, especialmente en cuanto al embellecimiento con pinturas y también con adornos en forma de estrellas, puntas, aros curvados y otros temas de decoración que sorprenden por su gran sentido del adorno y que preferentemente aparecen en los lugares más marcados de la cueva, como son las balaustradas, las barandillas, tanto las de cal como las de hierro y que favorecen la impresión de la cueva.
Sin duda, los constructores de estos accesos que han diseñado distintas formas en los plafones, ménsulas y guirnaldas que hemos podido apreciar en numerosas cuevas, sin duda consiguen favorecer la impresión visual que dan las cuevas naturales de seriedad y tranquilidad y que, en estos casos, transmiten belleza, esmero, y cierto tono de acogimiento.
En muchos casos el embellecimiento se ajusta con la utilización de variedad en los colores y ciertos tonos y, en otros casos, la uniformidad de los mismos que se ven favorecidos por la existencia de cierta estética, así como la inclusión de curiosas formas geométricas que se incluyeron como meros y simples adornos a lo largo de todo el recorrido de la cueva.

Es cierto que la mayoría de estas cuevas proceden de las que disponen de tinajas de cemento, cuyos adornos combinan mejor que en las tinajas de barro, donde las pocas mejoras se han realizado ya a posteriori y, aunque así sea, también son curiosas las mejoras realizadas en algunas de estas cuevas que se ven engalanadas con detalles de adornos que también dan otro ambiente y sensación a las cuevas.
Por otra parte, algunos detalles de mantenimiento dan una nueva observación de diferencia con las cuevas tradicionales y que no pueden considerarse adornos, sino simplemente cuidados de sostenimiento de muros, techos y paredes, mediante la utilización de encalado, pinturas plásticas especiales con contenido de algún tipo de pegamento, no siempre con buenos resultados cuando la capa no es lo suficientemente dura y sostenida.
En sucesivos artículos ampliaremos algunos detalles de merecida importancia.»


















